Sólo un pie descalzo
Autora: Ana María Matute.
Ilustraciones de Albert Asensio
Ilustraciones de Albert Asensio
Editorial Destino
Ahora, los cuentos impiden que los niños vean la vida como es. Sin embargo, los niños tienen que aprender a vivir la vida tal cual es para no tener que pagar caro eso de guardar su parte infantil dentro; algo que, a veces, en palabras de la autora ‘Te hace sentir muy
sola’.
Las
ilustraciones que incorpora este cuento son como
pinceladas que invitan
al niño a imaginar. Se puede marcar y definir toda una vida a partir de
una emoción: la creación; porque los niños necesitan crear, inventar... En este cuento conocernos a Gabriela, una niña que no
acaba de encajar en su mundo. Sus hermanas mayores no le hacen apenas caso, en
el colegio no se siente a gusto, no tiene amigos, siente que nadie se preocupa
por ella, y, además, tiene una peculiaridad… siempre pierde un zapato. Cuando
no la ven, espía por la puerta de la habitación de su madre para ver cómo esta se
divierte con sus hermanas. Gabriela se refugia en la cocina, donde debajo de la mesa escucha las
conversaciones de la cocinera; en el colegio quiere ser sincera, pero su inocencia le juega malas pasadas.
Gabriela vive en la soledad y el aislamiento. A menudo, cuando nadie la ve,
visita la biblioteca de su padre donde encuentra un maravilloso libro: El libro del País del Pie Descalzo, y a partir de ahí, leyéndolo escondida entre las sábanas comienza para ella la aventura y la vida.
Se trata de una lectura entrañable que transporta al
lector a momentos deliciosos de la infancia perdida, dejando el sabor de fondo
de una espléndida enseñanza sobre el amor y el cariño que necesitamos todos los
seres para crecer con la felicidad por nutriente. La protagonista, que se sumerge en el mundo de la fantasía como refugio de su tristeza y soledad, tiene muchas cosas de Ana María Matute.
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